Terapia de ultrasonidos

Tecnología de tratamiento eficaz para el área musculoesquelética


Junto con la electroterapia, la terapia de ultrasonidos es uno de los métodos de medicina física más probados. Se utiliza desde hace décadas en el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas del sistema musculoesquelético, en particular dolencias de articulaciones, tendones, ligamentos y músculos.

En el uso terapéutico, los ultrasonidos se aplican a frecuencias de 1 MHz o 3 MHz, ya sea como sonido continuo o como sonido pulsado en ciclos de trabajo variables. Se trata de un método de tratamiento no invasivo que se clasifica como mecanoterapia. En función de la elección de los parámetros (frecuencia, tipo de sonido, intensidad, duración y ritmo del tratamiento), se producen distintos efectos fisiológicos.


Los efectos terapéuticos de los ultrasonidos son el resultado de la transferencia de energía mecánica y térmica al tejido. Se centran en dos efectos principales:

  • Efecto térmico: calentamiento selectivo de las capas de tejido reflectante (por ejemplo, huesos, articulaciones) para aumentar la circulación sanguínea y la elasticidad.
  • Micromasaje: Los estímulos mecánicos conducen a una mejora de la actividad celular y al fomento de los procesos regenerativos.

Efectos terapéuticos documentados del tratamiento con ultrasonidos

  • Aumento de la circulación sanguínea local (hiperemia)
  • Fomento del metabolismo celular mediante la estimulación de los procesos de microcirculación y difusión
  • Aumento de la elasticidad de los tejidos, especialmente de las estructuras colágenas
  • Efectos analgésicos en dolencias musculoesqueléticas
  • Relajación muscular y liberación de tensiones (espasmolisis)
  • Aceleración de los procesos de cicatrización, por ejemplo en tendinopatías o artrosis
  • Estimulación de la curación de fracturas como parte de la rehabilitación postraumática

Dado que las ondas de ultrasonido se reflejan en el aire, es esencial un medio de acoplamiento adecuado para una transmisión eficaz de la energía. En la práctica, se suele utilizar un gel de ultrasonidos o, alternativamente, se lleva a cabo una aplicación subacuática (tratamiento bajo el agua).

Ámbitos de aplicación

El amplio abanico de posibles aplicaciones convierte a la terapia con ultrasonidos en una modalidad de aplicación universal en fisioterapia, especialmente para enfermedades crónicas degenerativas y funcionales.

Enfermedades del sistema musculoesquelético
  • Aquilodinia
  • Osteoartritis (columna vertebral, articulaciones, cadera)
  • Epicondilopatía humeral (codo de tenista y golfista)
  • Periartropatía húmero-escapular (síndrome hombro-brazo)
  • Tendomiopatías, tendovaginitis
  • Lumbago, ciática, espondilosis, osteocondrosis
  • Luxación, distorsión, contusión, fracturas
  • Contracturas, reumatismo muscular, síndrome distrófico muscular
Trastornos funcionales neurológicos y dolorosos
  • Neuralgia (intercostal, trigémino)
  • Tratamiento de cicatrices
  • Herpes zóster (para el alivio del dolor acompañante)
Cuadros clínicos reumáticos e inflamatorios
  • Espondilitis anquilosante
  • Bursitis
  • Periostitis
  • Esclerodermia (progresiva)
Otros campos de aplicación
  • Absceso (para favorecer la reabsorción)
  • Hematoma (postraumático)
  • Ulcus cruris (para favorecer la microcirculación)
  • Asma bronquial (para la relajación de la musculatura torácica, de apoyo)

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